Las piscinas naturales como alternativa a las tradicionales: a principios de los años ´80, Paul Schwedtke se hartó de su piscina convencional, los productos químicos irritaban la piel y los ojos, y por si misma la construcción resultaba un tanto estéril con respecto a su jardín.
Entonces decidió que una excavadora rebajase a la mitad los muros; hizo un vaciado de aprox. 10 – 60 cm de profundidad; extendió, alrededor de todo el hoyo, una lona impermeable para estanques, y plantó en los laterales juncos, nenúfares y otras plantas acuáticas.
Así surgió la primera piscina natural.
Esta mantiene su agua cristalina y solo, si se observa bien, se reconoce la forma de la antigua piscina. No se ha cambiado el agua y no tiene lodo. La piscina está en completa armonía con su entorno.
En Alemania y Austria las piscinas naturales están en pleno auge, de hecho están cambiando muchas viejas piscinas comunitarias por las naturales, debido a los problemas alérgicos que causan el cloro y los productos químicos.